lunes, 19 de julio de 2010
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Durante la dictadura militar, el silencio cómplice, el ocultamiento y la mentira hicieron que el terrorismo de Estado pudiera aniquilar a miles de personas. Muchos periodistas, que sabían lo que pasaba, fueron partícipes necesarios de ese genocidio. La continuidad de muchos de ellos y de los grupos empresarios monopólicos amerita que hoy, 34 años después, usted y nosotros, junto a las Madres, los juzguemos en la Plaza de Mayo.